Nadie puede negar que el sushi es uno de los platos más populares del mundo. Y no solo de la gastronomía asiática: es un plato de tendencia en todos los rincones del mundo. Si vives en Barcelona, seguro que alguna vez te has pasado por Robata y has probado nuestro delicioso sushi. Pero, ¿te has preguntado alguna vez cuál es su origen?
Casi todo el mundo piensa que el origen del sushi es japonés, pero realmente nació en China alrededor del siglo IV a.C. La intención original de los chinos era la de conservar el pescado durante más tiempo, para así poder comerlo mucho después de haber sido pescado. Esto era especialmente importante para las zonas de interior que, a diferencia de las costeras, no tenían otra forma de comer pescado. El método se basaba en dejar fermentar el arroz, en el que se introducía el pescado que, gracias a ese proceso de fermentación, se mantenía comestible durante mucho más tiempo. Pero solo se consumía el pescado, desechando el arroz. El pescado conservado de esta forma adquiría un sabor peculiar y característico, con un toque avinagrado.
Tiempo después, este método de conservación cayó en desuso, dando paso a otros. Pero antes de desaparecer por completo en China, ya había llegado a Japón. En el año 718 se hace referencia por primera vez al sushi en textos de origen japonés. Pero no es hasta el siglo XIV que el uso del vinagre de arroz permite acortar el proceso de fermentación y acelera enormemente el tiempo de preparación de este plato, sin que perdiera su sabor característico.
Este método se perfeccionó durante décadas, hasta que en el siglo XVII se dejó por completo de lado la fermentación para hacer uso solamente del vinagre de arroz no ya como conservante, sino como condimento para dar el característico sabor al arroz. Dejó de separarse el arroz del pescado, para consumirlos juntos. En este momento, la preparación del pescado dejo de ser un mero método de conservación para convertirse en un plato más de la gastronomía tradicional del país. Comenzó a servirse en distintas tiendas y restaurantes, y poco a poco cosechó un rotundo éxito.
A estas alturas, este plato ya se conocía como sushi, que viene de las palabras su (vinagre) y meshi (arroz), y se podría traducir libremente como arroz avinagrado.
Continuando con su popularidad, el sushi se servía cada vez en más locales y ganaba adeptos entre personas de todas las clases sociales. Con la intención de hacerlo aún más accesible, en el siglo XIX un ingenioso sushichef ideó una variedad que se podía comer con las manos sin mancharse: el maki. Colocando una lámina de alga nori en el exterior, creó una capa que evitaba que los dedos de los comensales tocaran el arroz, con lo que quedaban limpios. Esto facilitaba enormemente el comer sushi de forma rápida y sin mucho esfuerzo, lo que lo asemeja mucho a la comida rápida tal y como la conocemos hoy en día.
La última gran revolución en la preparación del sushi la causó un aparato que hoy en día todos tenemos en casa: el frigorífico. Las técnicas modernas de refrigeración hacían más sencilla la conservación del pescado y su transporte a distintas zonas. Gracias a ello, el sushi evolucionó al plato que conocemos hoy en día y que a todos nos gusta disfrutar.
