Como os hemos explicado en otras ocasiones, Robata es un restaurante que se compone de diferentes espacios inspirados en distintos lugares y tradiciones de Japón. Uno de ellos os puede recordar a un típico bar callejero propio de las grandes ciudades niponas, los izakayas, que ahora se han empezado a reproducir por el resto del mundo.
Los izakayas son pequeñas tabernas “afterwork” en las que se ofrecen platos para compartir, es decir, el equivalente al bar de cañas y tapas al que vas con tus compañeros después del trabajo, pero con el correspondiente estilo japonés. Se caracterizan por romper con la imagen sobria y silenciosa que tenemos del imperio del Sol Naciente, ya que suelen ser espacios pequeños con mesas y barras para sentarse en grupo, y donde reina una gran jolgorio y ajetreo.
Como curiosidades, os podemos contar que en los izakaya se encuentran muchos platos para compartir, pero ninguno de sushi entre ellos, y que uno de sus rasgos más característicos son las cortinitas con flecos de las entradas (noren) y las lamparitas ovaladas rojas (akachōchin), que también se colocaban originalmente en la entrada.