Buhardilla | Madrid

Un mediodía entre compras y sabores: descubre Robata en Barcelona y Madrid

Hay días en los que no hace falta salir de la ciudad para sentir que estás viajando. Basta con caminar sin prisas por las calles del Eixample en Barcelona, o por el barrio de Salamanca en Madrid. Te dejas llevar entre escaparates, te pruebas esa prenda que viste la semana pasada, hojeas un libro que no pensabas comprar… y, de pronto, tu cuerpo te recuerda que es hora de parar. No cualquier sitio vale. Necesitas un lugar donde todo, el ambiente, la comida, la atención, encaje con tu día. Ese lugar es Robata.

Con una propuesta que combina elegancia, sencillez y producto de primer nivel, Robata se ha convertido en un secreto a voces para quienes buscan un almuerzo distinto en medio de una jornada urbana. Porque aquí no se viene solo a comer. Se viene a respirar, a saborear y, sobre todo, a disfrutar.

Comer sin prisa, con sentido

Al cruzar la puerta de Robata, ya sea en la acogedora Enric Granados de Barcelona o en la vibrante Puigcerdá de Madrid, el ritmo cambia. La ciudad se queda fuera. Dentro, todo está pensado para que la experiencia sea cálida, fluida y tranquila. A mediodía, la luz natural entra suave entre los listones de madera. Las mesas se llenan de conversaciones bajas y platos que llegan desde la cocina con una precisión casi artesanal.

Lo primero que apetece es algo fresco. El Tiradito de Hamachi, con toques cítricos y un corte impecable, es una entrada perfecta para abrir boca. También lo es el Tataki de atún, ligeramente marcado y presentado con elegancia japonesa. Hay algo reconfortante en empezar con platos donde el producto habla por sí solo, sin artificios ni excesos.

A partir de ahí, el camino es libre. Quienes buscan una comida ligera pero sabrosa optan por platos como el Toro Soasado, una ventresca de atún Bluefin que se deshace con el calor de la plancha y se acompaña de una delicada salsa yakiniku. Si prefieres sabores vegetales, el Okonomiyaki de marisco, que en carta se presenta con calamar, langostinos y mayonesa japonesa, aporta ese punto de sabor profundo sin dejar de ser liviano.

Y por supuesto, siempre está la opción del sushi, que en Robata es mucho más que un complemento. El Nigiri de Gamba Roja, el Nigiri de Vieira con mantequilla de trufa o incluso el Salmon Truffle Roll son pequeñas obras de arte que se disfrutan en dos bocados. Cada pieza está pensada para equilibrar textura, temperatura y sabor con una armonía que no es fácil encontrar fuera de Japón.

Patio | Barcelona

Entre compras, una pausa que reconecta

Uno de los mayores aciertos de Robata es su capacidad para integrarse en la rutina de la ciudad sin perder carácter. Un lugar donde hacer una pausa con intención. Por eso encaja tan bien con quienes dedican el día a recorrer tiendas, visitar galerías o simplemente disfrutar de la ciudad.

Después de una mañana de shopping, almorzar en Robata no solo es una recompensa: es parte del plan. Un lugar perfecto para dejarse llevar por el antojo de comer bien, de manera honesta, y sentir que estás invirtiendo tu tiempo en algo que merece la pena. 

Y para terminar, el postre. En Robata esta parte de la comida no es un añadido, es un final pensado. Para quienes buscan algo fresco y diferente, el Strawberries a la Pimienta es un acierto absoluto: fresas flambeadas con vodka, un toque especiado y helado de vainilla. También destacan clásicos como la Lemon Pie o el Chocolate Cake, pero si hay que elegir, lo mejor es compartir y probar un poco de todo.

Tras el último bocado, el cuerpo se siente más ligero. No hay pesadez ni somnolencia, solo una sensación de equilibrio que invita a seguir caminando. Quizá un café, una última tienda antes de volver a casa o a la oficina. Pero el recuerdo de lo comido, la suavidad del toro, la brasa del yakitori, el frescor del tiradito, permanece un rato más.

Robata: el mediodía también tiene alma

En una ciudad donde el tiempo corre rápido y los almuerzos suelen ser funcionales, Robata propone algo distinto: una experiencia que une lo urbano con lo esencial, que cuida el producto sin caer en el exceso, y que entiende que comer bien también es una forma de cuidarse.

Así que la próxima vez que planifiques un día de shopping, inclúyelo. Porque entre la compra de esa prenda especial y el paseo sin rumbo, sentarte a almorzar en Robata puede ser justo lo que necesitabas.

Una comida japonesa al mediodía, con sabor, calma y elegancia. Sin más. Sin menos.

Izakaya | Barcelona
Mercado | Barcelona

La fusión Nikkei: Un viaje de sabores en Robata

Lo que hace especial a la cocina nikkei es su capacidad para sorprender, ofreciendo una experiencia gastronómica que mezcla lo mejor de dos culturas. En Robata, nos enorgullecemos de ser parte de esta tradición, aportando nuestra propia interpretación de la fusión nikkei con platos como el Nikkei Roll.

Si estás buscando explorar nuevos sabores, encontrarás una opción perfecta. En Robata, te invitamos a disfrutar de esta fusión de culturas en cada bocado, ya sea a través de nuestros rolls o platos especiales. Cada vez más personas descubren la magia de la fusión, y en nuestro restaurante podrás vivir esta experiencia en su máxima expresión.