Mientras que para nosotros, los españoles, febrero sigue siendo un mes frío en el que la primavera aún nos queda un poco lejos, en Japón ya ven brotar las primeras hojas verdes de los árboles y celebran el cambio de estación, o lo que ellos llaman “setsubun”. Aunque la víspera del comienzo de la primavera en Japón tiene lugar el 3 o el 4 de febrero, y coincide con el Año Nuevo según el antiguo calendario chino, durante todo este mes hay varias festividades.
En el setsubun se aprovecha para dar salida a todos los malos espíritus (oni-yarai o tsuina), acto que antiguamente se hacía colgando cabezas secas de sardinas en ramas de acebo delante de las casas (tradición que ha quedado relegada a los pueblos) o gritando Oni wa soto, Fuku wa uchi, lema que hoy en día aún se mantiene y que invita a entrar la fortuna en casa a la vez que aleja a los demonios, mientras paralelamente se arrojan semillas de soja dentro del hogar.
Ehō-maki, el maki sin cortar de la buena fortuna
Aunque a primera vista nos puede parecer un maki más, el eho-maki que se come durante el setsubun no se puede partir (¡pues estaríamos dividendo la fortuna!) y se debe comer de un solo mordisco mirando a una dirección específica para que la fortuna nos sea favorable durante el año. Algo así como cuando celebramos Noche Vieja y tomamos una uva por campanada, sin dejarnos ninguna porque podría acarrearnos mala suerte.
Además, el eho-maki incluye siete ingredientes que están relacionados con siete dioses de la fortuna y que se vinculan a estos por sus colores: calabaza, pepino, datemaki, anguila, zanahoria, shiitake y oboro-tofu. Y vosotros, ¿seríais capaces de comeros un eho-maki de golpe u os gusta más dosificado?